Malvavisco

 El sonido del plástico al despegarse, un pequeño desgarro en uno de los laterales. Abriendo la bolsa con premura, humectó sus labios al momento que sonreía. Un aroma dulce y aperlado inundo su nariz. Sus dedos rebuscaron con ansiedad, atareada con la bruma del último recuerdo de aquel sabor. Esponjosos y afelpados, tersos y suaves, los malvaviscos rosas y verdes solo significaban para ella dulzura. Los recuerdos. La comisura de un beso tibio sobre su mejilla y una bola multicolor abarrotando su boca, acallando una queja. Eran las migajas que la transportaban hacia su propio mundo seguro, los signos en el presente, del cariño y la protección de la única persona que, hasta ese instante, la ha amado.

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